Lorquí se transforma en Jerusalén durante unas horas y numerosos rincones del municipio sirven de escenario a pasajes bíblicos de las últimas horas de Jesús.
Es una experiencia única de hondo sentimiento religioso, cultural y artístico.
El pueblo de Lorquí, con motivo de la celebración de la Semana Santa y por cuarto año consecutivo, va a acoger este año su III representación de la Pasión Viviente de Cristo. Se trata de una teatralización de las últimas horas de la vida de Jesucristo con un despliegue de casi un centenar de actores. Así, el pueblo se transformara durante unas horas, en la Jerusalén de hace 2000 años. Comenzando a las 21:00 horas en el Centro Cultural con la representación de la Última Cena (única escena que se hace a cubierto) y seguido después de los momentos de angustia del Huerto de los Olivos, Prendimiento, Juicios de Caifás, Pilatos y Herodes, para terminar recorriendo la vía Dolorosa y llegar al viejo cabezo de la Ermita de Lorquí, que hace las veces de monte Calvario. Allí, Crucifixión, Muerte y Resurrección ponen el broche final a esta dramatización sacra que lleva ya varios años agrupando a varios miles de personas de toda la Región.
Proyecto que surgió casi de casualidad y que en pocos años se ha convertido en una de las señas de identidad de la semana santa del municipio. Personas de todas las edades y condiciones dan vida a apóstoles, romanos, reyes o bailarinas…entre otros, donde, edificios públicos y privados, se convierten en palacios y emblemas de la mítica Jerusalén.
Este proyecto se lleva a cabo gracias al esfuerzo y respaldo de la Asociación Cultural ‘Amigos de la Pasión Viviente’, y la colaboración del Cabildo de cofradías y el del Ayuntamiento de Lorquí, que suman esfuerzos en que este teatro tan singular y único vea otro año más la luz.